Experiencias Prácticas

El 14 de diciembre de 2005 en el Instituto de Infancia y Maternidad de los Urales una madre subrogada de nombre Tatiana dio a luz trillizos para su hermana Marina, a la que se le habían practicado anteriormente dos transferencias embrionarias y ambas sin éxito. Entonces Tatiana, de 35 años y ya madre de dos hijos, se ofreció para ayudar a su hermana. Al nacer, dos niñas y un niño enseguida comenzaron a respirar por sí mismos, aunque el parto se produjo dos meses antes de lo esperado. Dentro de pocos días Marina dijo a la puérpera que no podría alimentar tantas bocas y le propuso recoger a los dos hijos que “sobran”. Como las hermanas pensaban que siempre se pondrían de acuerdo, sus relaciones no fueron formalizadas por escrito.

En noviembre de 2005 se finalizó un interesantísimo programa de maternidad subrogada que no tiene análogos en Rusia y en el que fue empleado el semen de un padre biológico difunto. En 1996 Andrey Zajarov, de 19 años, tuvo que someterse a un tratamiento de quimioterapia en Israel. Como se recomienda, antes del tratamiento el joven dejó muestras de su esperma para que fueran crioconservadas. La terapia era poco eficiente y dentro de ocho años Andrey murió sin dejar descendencia. Para su madre, Ecaterina Germanovna, el nacimiento de un nieto se convirtió en el objetivo de la vida. El personal del Instituto de Medicina Familiar de Ekaterimburgo la ayudó a hacer realidad su sueño. El semen congelado de Andrey fue trasladado a Ekaterimburgo pese a los problemas con exportarlo – según las leyes israelíes, sólo la viuda puede disponer del semen de su difunto marido, y más aún si éste hubiera dejado la disposición correspondiente. No obstante, las autoridades de la Tierra Prometida accedieron a las súplicas de la infatigable mujer y le dieron luz verde para sacar del país todas las 25 probetas con el esperma de su hijo. Una vez que las muestras llegaron a Rusia, comenzó el programa de gestación subrogada con óvulos donados.

El 16 de noviembre, en el Día de San Jorge,  nació el nieto de Ecaterina que medía 52 cm y pesaba 3.600 gramos. En honor del santo la abuela le dio el nombre de Georgi. La madre de alquiler recibió por sus méritos un apartamento en Ekaterimburgo. Ahora Ecaterina tiene la custodia de su nieto y está tramitando su adopción. Todavía no ha logrado que le reconozcan como su nieto, porque en Juzgados y Registros consideran que el único pariente del menor es la que le ha dado a luz. En este caso, es absolutamente ilegítima la denegación para inscribir a la abuela en el Registro. Aquí se debía cumplir el procedimiento siguiente: determinar la paternidad, para lo cual – de acuerdo con el art. 49 del Código de Familia – es suficiente que la persona que ostenta la custodia presente una solicitud y aporte pruebas que acrediten la filiación del niño. Una vez establecida la paternidad, Ecaterina será reconocida automáticamente como la abuela del menor. Entonces, si la mujer no se conforma con un solo nieto, le recomendaríamos contratar a abogados expertos.

En febrero de 2006 en Moscú se dio un caso singular ocurrido en la familia de los Nirov. Tras varios intentos fallidos de fecundación in vitro, Svetlana afrontaba el último chance y sin confiar en un resultado favorable contrató paralelamente a una madre de alquiler. A cada mujer se le implantaron dos embriones. ¡Ambas mujeres quedaron embarazadas y ambas tenían gemelos! En efecto, durante el período de gestación Svetlana, la madre biológica, y Nadezhda, la madre de alquiler, se unieron estrechamente. Las dos mujeres dieron a luz varones que tenían la misma altura de 49 cm. La diferencia era que los hijos de Svetlana pesaban 2.600 y 2.700 gramos, lo que es normal para los mellizos, mientras que los de Nadezhda tenían el peso de 3.150 gramos cada uno. No hubo problema alguno para inscribir a la madre biológica en el Registro Civil.

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